Una frase que me gustó de la película (la dice ella, fotógrafa):
Sacando fotos te conviertes en observador. Siempre estás fuera del momento. En este viaje quería estar en el momento con Jack, pero... En vez de besarme en la góndola, sacó 48 fotos. En vez de cruzar la plaza de San Marcos de la mano, saco 72 fotos de la plaza de San Marcos.
Y me di cuenta que es verdad esa elección, totalmente involuntaria creo, entre ser el que observa o ser el que participa. La mayoría de las veces soy el primero, el que le gusta quedarse observando el comportamiento de la gente, espectarlos, reirme, sacarles fotos a veces. Sobre todo en las fiestas, creo que es cuando mas tiendo a hacer eso. Me aburro en las fiestas, porque siento que no puedo participar, y aprovecho la observación y tener la cámara encima (si es que) para llevarme a mi casa unas lindas fotos y después regalárselas al que hubiese estado haciendo la fiesta. Es la excusa perfecta.
Pero también me pasa lo contrario, y me pasó las últimas veces que intenté ir a sacar fotos, o al menos que salí llevando la cámara por si daba sacar. La última vez que salí con Julieta, por ejemplo, fue uno de esos casos. La invitación era ir a sacar fotos, pero la salida, verla a ella después de tanto tiempo, tener tanto de que hablar, resultó en solo un par de fotos y no muy buenas ni inspiradas, la diversión estaba en otro lado.
A donde quiero llegar con todo esto? ni idea, solo quería recalcar esa frase que se me hizo tan cierta y tan propia.
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